Las aulas de segundo y tercer curso de Primaria del colegio público Juan Ramón Jiménez, en Cruces, están tranquilas. Es un lunes después de comer, en ese momento de las tres de la tarde que invita a cualquier cosa menos a la concentración, pero los 40 niños están centrados y ni siquiera una cámara de fotos que dispara aquí y allá rompe el ambiente de trabajo. 'Mateaventura' es el nombre del programa que se desarrolla a esta hora en la clase. Una veintena de adolescentes, de segundo y tercero de Secundaria del instituto de Cruces, se ha sentado en las pequeñas sillas junto a sus hermanos, primos y vecinos pequeños para aprender juntos, y en euskera, el casi siempre hueso duro de las matemáticas. La tranquilidad de los profesores, algunos un poco sorprendidos por tanta calma; y la atención de los estudiantes mayores y pequeños ponen de manifiesto que la experiencia de juntar a escolares para que se ayuden unos a otros a aprender funciona.
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