• El barrio disfruta de una cuarentena de actividades hasta el domingo 18 de septiembre •
Con resignación, los organizadores de las fiestas de Rontegi asumen que, tarde o temprano, tenía que ocurrir. La lluvia se ha convertido en la protagonista, esta vez indeseada, del inicio de las populares celebraciones del barrio. Los nubarrones ya advertían de que llegaban cargados de agua, pero han dejado disfrutar un rato a los más pequeños, que han podido dar pedales a los karts en la plaza San Luis. En donde nadie se preocupaba por las precipitaciones era en el local de la calle Bizkaia 41, en donde reinaba la algarabía en el taller infantil de turutas. Era fácil: tubo, embudo, cinta aislante, turuta y a la calle a anunciar la fiesta. El escenario de actuaciones ya se estaba mojando, pero las actividades seguían adelante, salvo la guerra de meregue, aplazada por las circunstancias. Los soportales y pasadizos entre edificios permiten resguardarse cuando el clima se pone en contra. Así que el túnel que comunica Landaburu con Bizkaia acumulaba el interesante aroma de la chorizada. Fuera se formaban pequeños ríos impulsados por la incesante lluvia. Bajo techo, era imposible resistirse al pincho. Ande yo caliente…
Programa de fiestas de Rontegi
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Con resignación, los organizadores de las fiestas de Rontegi asumen que, tarde o temprano, tenía que ocurrir. La lluvia se ha convertido en la protagonista, esta vez indeseada, del inicio de las populares celebraciones del barrio. Los nubarrones ya advertían de que llegaban cargados de agua, pero han dejado disfrutar un rato a los más pequeños, que han podido dar pedales a los karts en la plaza San Luis. En donde nadie se preocupaba por las precipitaciones era en el local de la calle Bizkaia 41, en donde reinaba la algarabía en el taller infantil de turutas. Era fácil: tubo, embudo, cinta aislante, turuta y a la calle a anunciar la fiesta. El escenario de actuaciones ya se estaba mojando, pero las actividades seguían adelante, salvo la guerra de meregue, aplazada por las circunstancias. Los soportales y pasadizos entre edificios permiten resguardarse cuando el clima se pone en contra. Así que el túnel que comunica Landaburu con Bizkaia acumulaba el interesante aroma de la chorizada. Fuera se formaban pequeños ríos impulsados por la incesante lluvia. Bajo techo, era imposible resistirse al pincho. Ande yo caliente…
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