Normalmente ya no lo pueden hacer. Muchos de ellos tienen problemas de movilidad, necesitan ayuda para comer, tienen dietas que les impiden disfrutar de banquetes o, simplemente, están solos y sin familia. Los ancianos de la Fundación Miranda, algunos junto a sus familias, han vivido este 6 de octubre una jornada especial en la que el centro barakaldés, con sus trabajadores, ha representado una boda y ha aportado, de este modo, un momento de sorpresa e ilusión, así como de "refuerzo de las ganas de vivir" cuando llega el otoño, "proclive para la aparición de procesos depresivos". La fundación ha distribuido invitaciones y ha organizado, por medio de su dirección Salud e Innovación, cada detalle como si de una ceremonia real se tratara. Los nombres de los novios han sido elegidos con referencias locales: María Auxiliadora Careaga Beurko y Antonio San Vicente Miranda. Como manda la tradición, la novia ha llegado en un descapotable a los jardines de la residencia, oportunamente decorados y en donde esperaba ya el novio junto al oficiante de la ceremonia, el director del centro, Rafael Carriegas. La boda ha seguido el protocolo pero, como en otras actividades que suele realizar, no ha faltado la música. Así, el novio ha interpretado la canción 'Te quiero' de José Luis Perales y la novia ha contestado con el 'Ahora tú' de Malú. Y tras el "sí, quiero", los contrayentes han saludado a los ancianos al ritmo del 'Colgado en tus manos', de Carlos Baute y Marta Sánchez; antes de los trabajadores de la residencia bailaran el 'Madre Tierra (oye)', de Chayanne, que se ha convertido ya en la referencia de la Fundación Miranda para sus celebraciones: "Abre tus ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas que tiene la vida". Después ha llegado el multitudinario banquete, adaptado a cada caso, con paleta ibérica, espárragos con dos salsas, langostinos cocidos, croquetas de hongos, rabas, consomé de ave con huevo hilado, merluza a la vasca, sorbete de mandarina, solomilo a la broche con salsa Idiazábal, compota de pera y puré de patata, tarta nupcial con mantecado de turrón, pan, bebidas, café, cava y licor. Y como cierre, el imprescindible baile.
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