Me gustaría pensar que las autoridades pertinentes, díganse, Ayuntamientos, Diputaciones, etc, trabajan y han trabajado en común, valorando la afección al tráfico y a la movilidad derivada de la apertura de grandes macro instalaciones comerciales en las periferias de nuestras ciudades.
En el caso de Barakaldo nos encontramos con que todas los accesos rápidos por carretera se ven bloqueados o seriamente afectados cada fin de semana, víspera de festivos y, sobre todo, en fechas señaladas como Navidades o Reyes.
Barakaldo es desde la apertura del puente Rontegi en el corazón del trafico metropolitano. Si colapsan el nudo de Cruces y Rontegi, se colapsa Gran Bilbao y, por ende, la economía de Bizkaia.
Además de soportar el tráfico habitual de entrada y salida a nuestra ciudad, el modelo de desindustrialización llevado a cabo a la limón entre PNV y PSOE, y la concesión de licencias de apertura de macro centros comerciales han creado el caldo de cultivo para la destrucción de empleo digno y la precarización laboral. Es un modelo de insostenibilidad social, y tambien desde un punto de vista económico y ecológico.
Es el consumismo, consumismo elevado a los altares, incluso por encima de la propia dignidad personal y aún a riesgo de aislarnos por los atascos que ya se vienen produciendo durante los últimos años y que a partir del día 22 de octubre prometen ser aún mayores.
Va a ser un nuevo hito en lo referente al denso tráfico, y largas colas de acceso a las zonas comerciales que se comenzaron a implantar a mediados de la década de los noventa.
En el mapa anexo se pueden observar siete puntos sensibles a los colapsos derivados de una mala planificación comercial.
Todos los accesos a Barakaldo por autovía o por la vía rápida de Ballonti se verán afectados de manera más agudizada con la apertura de Mercadona en Megapark.
No ayuda nada al tráfico rodado que en los accesos al Megapark tanto desde la N634, como la BI-3764 que bordea el Río Galindo entre Barakaldo y Sestao, los tres accesos al complejo comercial y supermercados adyacentes sean mediante dobles rotondas a cada lado de un puente que salva el río.
La complejidad de los mismos y la nula capacidad actual de absorber el trafico de la zona amenaza con dejar aislado y bloqueado Barakaldo.
Cuando esto suceda, ¿quién se hará responsable de los desaguisados? ¿quién nos compensará las horas de desesperación para poder llegar o salir de nuestros hogares en caso de necesitar coger un transporte por carretera o un vehículo particular?
Y no hablamos del bloqueo de ambulancias, camiones de bomberos…
¡Vivimos instalados en el cortoplacismo y en la foto de campaña, y así nos va!