• La policía local ha tenido que esforzarse para que el animal no entrara en la autopista y para que volviera al campo •
Aunque en la madrugada del sábado al domingo puede suceder de todo en el agitado debate del programa La Sexta Noche, no es habitual que suene un cencerro y tampoco a esas horas suelen ofrecer documentales de naturaleza el resto de las televisiones. Por eso, los vecinos del barrio barakaldés de Cruces se han preguntado qué pasaba cuando hacia la 1.15 horas desde la calle llegaba un sonido que se parecía al de los campanos de los cabestros que suben la cuesta de Santo Domingo en los encierros de San Fermín en Pamplona. Al salir a la calle o asomarse a las ventanas, se han quedado tan sorprendidos como las dos patrullas de la Policía Municipal de Barakaldo que circulaban por esta zona urbana y se han encontrado de frente con una vaca decidida a darse un paseo por el barrio. En una plácida noche de viento sur y 17 grados de temperatura, mientras miles de personas realizaban la maratón nocturna en Bilbao, en Cruces el animal ha dejado claro a los cuatro agentes que no estaba por la labor de regresar a su cercado. Tras descender la carretera que conduce a Santa Águeda, la res se ha situado en la rotonda de la calle La Paz en donde podía optar por cinco salidas diferentes, dos de ellas hacia la autopista A8. La presencia de los coches de la policía le ha hecho optar por cruzar el puente y dirigirse hacia la plaza del hospital. La patrulla ha tenido que acelerar para que no alcanzara su objetivo. La vaca se ha dado entonces la media vuelta y ha regresado, de nuevo en la rotonda. Tres transeúntes, sorprendidos, sacaban sus teléfonos móviles para grabar el momento, aunque con algo de miedo ante la cercanía del alegre astado. En seco ha frenado el coche que no esperaba al llegar a la boca del puente encontrarse de frente con el pizpireto ejemplar vacuno. A pesar del cerco policial, tampoco ha querido entonces emprender la cuesta de regreso al campo sino que ha intentado seguir hacia abajo, hacia el barrio de Retuerto. De nuevo, los agentes, a la carrera, han tenido que cortarle el paso, hasta que finalmente, con algún otro intento de mantenerse en la ciudad, la vaca ha cedido a la presión policial y ha optado por volver al pasto quizá pensando, como Paco Martínez Soria, aquello de que "la ciudad no es para mí".
Aunque en la madrugada del sábado al domingo puede suceder de todo en el agitado debate del programa La Sexta Noche, no es habitual que suene un cencerro y tampoco a esas horas suelen ofrecer documentales de naturaleza el resto de las televisiones. Por eso, los vecinos del barrio barakaldés de Cruces se han preguntado qué pasaba cuando hacia la 1.15 horas desde la calle llegaba un sonido que se parecía al de los campanos de los cabestros que suben la cuesta de Santo Domingo en los encierros de San Fermín en Pamplona. Al salir a la calle o asomarse a las ventanas, se han quedado tan sorprendidos como las dos patrullas de la Policía Municipal de Barakaldo que circulaban por esta zona urbana y se han encontrado de frente con una vaca decidida a darse un paseo por el barrio. En una plácida noche de viento sur y 17 grados de temperatura, mientras miles de personas realizaban la maratón nocturna en Bilbao, en Cruces el animal ha dejado claro a los cuatro agentes que no estaba por la labor de regresar a su cercado. Tras descender la carretera que conduce a Santa Águeda, la res se ha situado en la rotonda de la calle La Paz en donde podía optar por cinco salidas diferentes, dos de ellas hacia la autopista A8. La presencia de los coches de la policía le ha hecho optar por cruzar el puente y dirigirse hacia la plaza del hospital. La patrulla ha tenido que acelerar para que no alcanzara su objetivo. La vaca se ha dado entonces la media vuelta y ha regresado, de nuevo en la rotonda. Tres transeúntes, sorprendidos, sacaban sus teléfonos móviles para grabar el momento, aunque con algo de miedo ante la cercanía del alegre astado. En seco ha frenado el coche que no esperaba al llegar a la boca del puente encontrarse de frente con el pizpireto ejemplar vacuno. A pesar del cerco policial, tampoco ha querido entonces emprender la cuesta de regreso al campo sino que ha intentado seguir hacia abajo, hacia el barrio de Retuerto. De nuevo, los agentes, a la carrera, han tenido que cortarle el paso, hasta que finalmente, con algún otro intento de mantenerse en la ciudad, la vaca ha cedido a la presión policial y ha optado por volver al pasto quizá pensando, como Paco Martínez Soria, aquello de que "la ciudad no es para mí".