Cientos de personas, especialmente familias, han participado este 5 de noviembre en la feria de la Semana de la Ciencia que se ha celebrado en la casa de cultura de San Vicente [Clara Campoamor]. Los asistentes han podido intervenir en los talleres de robótica del instituto de Formación Profesional Nicolás Larburu y del colegio El Regato, la sesión científica del colegio San Vicente de Paúl, crear volcanes o lanzar cohetes de agua. Además ha habido un espectáculo de magia y en el vestíbulo se han presentado las innovaciones desarrolladas por cuatro empresas que han nacido en Barakaldo. Recién trasladada al centro de Bilbao y con una docena de trabajadores, algunos barakaldeses, la compañía Ludus, ganadora en 2015 del Premio Barakaldo Empresa Innovadora, ha permitido a los interesados probar un sistema de realidad virtual que permite hacer prácticas de uso de una carretilla elevadora. La empresa también tiene simuladores para los bomberos, lo que les permite ensayar procedimientos de intervención que, de otra manera, son peligrosos o tan costosos que resultan inviables. Los trabajadores de los servicios contraincendios son, junto a los obreros en aerogeneradores o molinos de viento, los destinatarios de los descensores con homologación euros diseñados, fabricados, distribuidos y vendidos por la empresa situada en Barakaldo Protecttion. El bombero profesional Pablo de Miguel, junto a su mujer, han puesto en marcha este proyecto que ya suma cinco trabajadores y que tiene la mayor parte de su negocio en el extranjero, especialmente en Asia. Los niños y adultos también han mostradlo su interés por la impresión en tres dimensiones mostrada por la empresa hisponocolombiana Osteophoenix, con sede en el centro empresarial Bic Bizkaia Ezkerraldea, en el barrio de Desierto. Sus productos son las prótesis personalizadas para lesiones o dolencias en la cabeza, como rotura de mandíbula, prótesis de titanio para el cráneo o regeneración del hueso dental. La cuarta compañía barakaldesa en la feria ha sido Smotion, un proyecto integrado por media docena de ingenieros, diseñadores y licenciados en Bellas Artes que hacen diseño de sistemas de transporte y que han mostrado el producto Aparka, ya en funcionamiento y que consiste en un sistema de consigna que permite dejar en la calle la bicicleta, resguardada de la meteorología y de los amigos de lo ajeno.
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