Crítica de Andoni Marcos
La magia ha vuelto al escenario de la localidad fabril este 1 de noviembre. Entre los 700 espectadores que acudieron a disfrutar de la Gala Internacional de Magia Repartiendo Ilusión, se han podido ver muchas caras conocidas del ilusionismo de la comarca. Todos ellos comentaban el atractivo cartel del espectáculo, cuando las primeras imágenes del vídeo de presentación hicieron el silencio en la sala. Imágenes de Agustín Villagra, 'Zaki Magoa', fabricando sonrisas por los rincones más desfavorecidos de Sudamérica han conmovido a los asistentes.
Tras un caluroso aplauso, el telón se elevaba para recibir al inigualable Jorge Blass, quien se convertiría en el maestro de ceremonias de la gala. Con un espectacular juego de manipulación de cartas, el madrileño nos ha dejado claro por qué es uno de los mejores y más reconocidos magos del panorama internacional.
A continuación, y cambiando totalmente de tercio, el vitoriano Mago Sun, entraría fuerte con tres juegos de grandes ilusiones, que asombraban a pequeños y mayores. Nuevamente, y a pesar de ser un enlace entre actuaciones, Jorge Blass volvía a convertirse en el gran referente del espectáculo, en el que un simple papel le sería suficiente para desacreditar las leyes de la física.
Con Galilea, la manipulación de cartas dejaría un toque imperfecto en la ejecución, pero la actuación mejoraría con las aves, especialidad del mago riojano. Dejando de manifiesto la ilusión de volver a ser niño, Jorge Blass iniciaba la salida a escena de los menores. Lo mismo haría el ilusionista Raúl Alegría, que ha sorprendido al público con la levitación de una mesa.
Pero el truco más fascinante de la noche ha llegado de la mano de Blass. Con cuatro cartas al azar que previamente habían sido repartidas entre el público, el mago ha dado instrucciones. Tras romper por la mitad y barajar las cartas, cada espectador se ha guardado en el bolsillo un trozo. Tras eliminar uno a uno los trozos sobrantes, y con uno solo en la mano, la sala ha comprobado la otra mitad que tenía. En ese momento, la incredulidad se ha convertido en una espectacular y merecida ovación para la estrella de la noche.
No ha logrado enganchar con el público adulto el argentino Carlos Adriano, que ha puesto el toque de humor para los más pequeños. Para finalizar la gala, el mago Sun volvería a escena para culminar el acto con uno de sus números estrella.
A pesar de que algunos de los números se han quedado flojos, la calidad de Jorge Blass ha dejado un buen sabor de boca en el público, que, tras una foto con los magos del espectáculo, se ha marchado feliz a casa, sabiendo que sus entradas van a ayudar a que la ilusión llegue a todos los rincones del mundo de la mano de Zaki Magoa.