Esther escribe: "Hoy me siento avergonzada, desilusionada, cabreada. Avergonzada por ver cómo personas que no conocen a mi hijo deciden y juegan con su futuro. Desilusionada por confiar alguna vez en nuestros representantes políticos. Cabreada por lo que esta sucediendo a mi familia y a muchas familias más de mi entorno. Nosotros, como padres, decidimos la educación que queremos para nuestros hijos. Decidimos lo que queríamos y como lo queríamos y ahora, por un cambio de titularidad y una subida injustificada de alquiler, que nos echen abajo un proyecto educativo como el de nuestro colegio, La Milagrosa, es injusto, muy injusto.
| sigue leyendo
| sigue leyendo