El diseño de moda parece exclusivo de las grandes pasarelas internacionales de Madrid o París, pero Barakaldo también tiene sus propuestas. Ya son tres los talleres que funcionan en el municipio y en los próximos meses se incorporará al menos uno más. Son artesanas de la moda con productos y públicos diferentes, que apuestan por la calidad, la especialización y el trato personalizado. En algún caso, el modelo ha demostrado que funciona y ya vende a clientes internacionales. En otros, el tiempo en funcionamiento no permite aún confirmar el éxito. Todas, sin embargo, consideran que la localidad sí tiene espacio para un sector que, gracias a que trabaja con piezas únicas y exclusivas, quizá pueda escapar de la crisis general que afecta al tejido comercial de la localidad
El Teatro Barakaldo se llenaba este 27 de noviembre con motivo de la cuarta edición del desfile Barakaldo Fashion Show, que forma parte de la semana de la moda de la localidad. Este año 2015, la iniciativa ha tenido mayor dinamismo que en las ediciones pasadas. Lo que empezó como una pasarela en el parque de Los Hermanos durante las fiestas del Carmen, en 2012, es ya un acontecimiento que ha incluido cuatro exposiciones y dos desfiles: el del teatro municipal y uno celebrado en plena jornada de compras en el mercado de abastos.
El proyecto cuenta con la coordinación de la agencia de desarrollo local Inguralde, pero detrás se sitúan el ciclo de formación profesional en Patronaje y Moda del instituto Nicolás Larburu —con decenas de estudiantes— y, especial y esencialmente, la figura siempre presente de la modista barakaldesa Eba Cruz, presidenta a la Asociación de Creadores de Moda en Movimiento de Euskadi (Acmme).
En realidad esta aparente efervescencia no es casual. En el último año han sido dos los establecimientos de diseño de moda que han abierto sus puertas y se han sumado al más veterano taller de la localidad, la sombrerería Ane de Cocó, que aun así no ha cumplido todavía sus tres años. Además, si los planes no se tuercen, en el próximo trimestre echará a andar un cuarto negocio y antes de que termine 2016 puede ver la luz un quinto.
Las modistas Cruz, Ainhoa Ayala, Lara Núñez, Ane de Cocó y hasta el estudiante Javier González Palacios creen que sí hay posibilidades de negocio desde la anteiglesia. No lo descarta Marisa Polo, pero su experiencia le lleva a un mayor excepticismo y prevención.
Local y global. En las cinco iniciativas de diseño de moda que están sobre la mesa en Barakaldo la nota característica es el carácter prácticamente artesanal y unipersonal de los talleres. Sólo Ane de Cocó tiene alguna diferencia. El trabajo lo realiza, igual, a mano, pero el establecimiento es el que más recuerda a los conocidos negocios familiares de toda la vida. El trabajo implica no sólo al matrimonio Cocó-Parra sino, incluso, a sus hijos para sacar adelante, con el esfuerzo colectivo, una labor que, como en el resto de los caso, tiene su valor central en la exclusividad y los productos únicos, además de la calidad.
Marisa Polo, que lo intentó sin éxito en 1996, señala que sí hay espacio para el diseño de moda con propuestas que salgan de lo común, pero la clave es aguantar económicamente hasta que producto y marca sean conocidos y comiencen a llegar los beneficios.
Confía precisamente en la baza de la originalidad Lara Nuñez, que prepara la apertura de su tienda para novias, a quienes quiere ofrecer un servicio integral y para las que actualmente no hay nada en Barakaldo. Cruz, por su parte, juega con un modelo que no se sujeta a las tendencias cambiantes y garantiza que no habrá otro traje igual.
En el caso de la sombrerería, el reconocimiento de la marca parece que ya ha llegado. Korea del Sur ha sido el último destino internacional de uno de sus tocados. Unai Cocó y Ana Belén Parra han colocado de este modo su chincheta número 23 en el mapa de los países del mundo a donde han distribuido su producto. En estos casi tres años de actividad, la pareja, sin conocimientos previos de este tipo de diseño, se ha preparado a conciencia —y aún lo hace— acudiendo de manera constante a cursos de formación y desplazándose en busca de materiales de un oficio que llevaba desaparecido desde hacía medio siglo en Barakaldo. No tiene, por lo tanto, competencia local y en toda España son tres decenas los negocios asociados.
El producto para mujer y la venta en tienda son el grueso del negocio, pero las posibilidades se van ampliando. Como proyecta hacer Eba Cruz, Ane de Cocó ya ha puesto en marcha la comercialización de sombreros a través de terceros establecimientos en otras ciudades y provincias.
Cruz acaba de poner en marcha su página web, que le abrirá el mercado. La internacionalización de la sobrerería ha sido posible, precisamente, gracias a internet, especialmente en convenio con un portal estadounidense que comercializa sus productos en todo el mundo. Aunque ya está en las redes sociales, también Ainhoa Ayala espera tener operativa su web antes de la primavera. En este caso, sin embargo, contempla la página más como escaparate que como punto de venta. Aunque la ubicación en Barakaldo no sea la mejor para sus talleres, internet permite salvar esa barrera.
Diversificar. Las diseñadoras no trabajan en ningún caso solo una única línea. Huevos en varias cestas permiten tener mayores garantías de ingresos, especialmente de cara a malas o bajas temporadas. Eba Cruz suma así, a su colección de mujer, el producto del reciclaje de cinturones de seguridad de vehículos, que ella convierte en complementos. Además, se ha abierto a la moda masculina y ya ofrece camisas y pajaritas.
Ainhoa Ayala y Ane de Cocó también abren sus posibilidades. Si hasta ahora su trabajo se ha centrado en los encargos, los dos talleres esperan poder presentar en pocos meses sus primeras colecciones. La sombrerería no piensa sólo en el comprador particular. Sus piezas empiezan a llegar a lugares como el Museo del Traje o a series extranjeras de televisión.
Núñez planifica para su futuro negocio un servicio que va más allá del diseño y confección del traje de novia. Su formación como editora de moda o como planificadora de bodas se traducirán en una oferta que pretende “dar todo” a la clienta.
Aún tiene por definir su estrategia Marisa Polo. Su reconocida trayectoria en el diseño de moda infantil parece que quedará en segundo plano. A través de Facebook empieza a explorar, bajo la marca Mary Sapo y Sus Cosas, una suerte de bazar de diseño, con collares, camisetas y zapatilas pintadas a mano, tarjetas de felicitación o bisutería y joyas.
Colaboración. Los talleres de diseño de moda en marcha en Barakaldo sí muestran en todos los casos que se han adaptado a los tiempos difíciles y que es difícil sobrevivir en solitario. Quizá por ello la cooperación se ha convertido en una forma de trabajar.
Probablemente sea Eba Cruz la que muestra de una manera más notoria la colaboración entre negocios. El mismo local que acoge su tienda es un espacio que comparte con la boutique Frida. Además, los actos sociales y presentaciones que ha realizado —incluida la pasalera de moda— han salido adelante con la suma esfuerzos de distintos proyectos, desde un grupo musical a una cervecería artesana o una productora audiovisual.
Polo, en la construcción de lo que será su futuro taller, también experimenta con lo que se ha dado en llamar hibridación, impulsada desde Inguralde. Y lo mismo hacen desde Ainhoa Ayala y Ane de Cocó.
“Esto es una carrera de fondo”, afirma Eba Cruz. Las modistas saben que este traje necesita mucho esfuerzo y mucho tiempo.
Ainhoa Ayala abrió su tienda-taller de alta costura a finales de abril de 2015 en la calle Portu. En primavera, cuando cumpla un año, lanzará su página web y también su primera colección para mujer | Ane de Cocó es la marca creada por Ana Belén Parra (1972) y su marido Unai Cocó (1970). Su taller de sombrerería de alta costura está a punto de cumplir tres años y ha vendido a 23 países | Eba Cruz (1980) lleva 12 años en el diseño de moda. En 2014 abrió una tienda junto a la firma Frida. Organizadora de la pasarela de Barakaldo, ha comenzado a diseñar también para el hombre |
Javier González Palacios (1996) cursa el último año de Patronaje y Moda en el instituto Nicolas Larburu. Medita seguir estudios en la universidad y no descarta abrir un taller en Barakaldo | Lara Núñez (1992) prepara el fin de sus estudios y la próxima apertura de su taller de moda nupcial. Su trabajo ya se ha podido ver en la pasarela de Barakaldo. Si no lo consigue a la primera, insistirá |
El Teatro Barakaldo se llenaba este 27 de noviembre con motivo de la cuarta edición del desfile Barakaldo Fashion Show, que forma parte de la semana de la moda de la localidad. Este año 2015, la iniciativa ha tenido mayor dinamismo que en las ediciones pasadas. Lo que empezó como una pasarela en el parque de Los Hermanos durante las fiestas del Carmen, en 2012, es ya un acontecimiento que ha incluido cuatro exposiciones y dos desfiles: el del teatro municipal y uno celebrado en plena jornada de compras en el mercado de abastos.
El proyecto cuenta con la coordinación de la agencia de desarrollo local Inguralde, pero detrás se sitúan el ciclo de formación profesional en Patronaje y Moda del instituto Nicolás Larburu —con decenas de estudiantes— y, especial y esencialmente, la figura siempre presente de la modista barakaldesa Eba Cruz, presidenta a la Asociación de Creadores de Moda en Movimiento de Euskadi (Acmme).
En realidad esta aparente efervescencia no es casual. En el último año han sido dos los establecimientos de diseño de moda que han abierto sus puertas y se han sumado al más veterano taller de la localidad, la sombrerería Ane de Cocó, que aun así no ha cumplido todavía sus tres años. Además, si los planes no se tuercen, en el próximo trimestre echará a andar un cuarto negocio y antes de que termine 2016 puede ver la luz un quinto.
Las modistas Cruz, Ainhoa Ayala, Lara Núñez, Ane de Cocó y hasta el estudiante Javier González Palacios creen que sí hay posibilidades de negocio desde la anteiglesia. No lo descarta Marisa Polo, pero su experiencia le lleva a un mayor excepticismo y prevención.
Local y global. En las cinco iniciativas de diseño de moda que están sobre la mesa en Barakaldo la nota característica es el carácter prácticamente artesanal y unipersonal de los talleres. Sólo Ane de Cocó tiene alguna diferencia. El trabajo lo realiza, igual, a mano, pero el establecimiento es el que más recuerda a los conocidos negocios familiares de toda la vida. El trabajo implica no sólo al matrimonio Cocó-Parra sino, incluso, a sus hijos para sacar adelante, con el esfuerzo colectivo, una labor que, como en el resto de los caso, tiene su valor central en la exclusividad y los productos únicos, además de la calidad.
Marisa Polo, que lo intentó sin éxito en 1996, señala que sí hay espacio para el diseño de moda con propuestas que salgan de lo común, pero la clave es aguantar económicamente hasta que producto y marca sean conocidos y comiencen a llegar los beneficios.
Confía precisamente en la baza de la originalidad Lara Nuñez, que prepara la apertura de su tienda para novias, a quienes quiere ofrecer un servicio integral y para las que actualmente no hay nada en Barakaldo. Cruz, por su parte, juega con un modelo que no se sujeta a las tendencias cambiantes y garantiza que no habrá otro traje igual.
En el caso de la sombrerería, el reconocimiento de la marca parece que ya ha llegado. Korea del Sur ha sido el último destino internacional de uno de sus tocados. Unai Cocó y Ana Belén Parra han colocado de este modo su chincheta número 23 en el mapa de los países del mundo a donde han distribuido su producto. En estos casi tres años de actividad, la pareja, sin conocimientos previos de este tipo de diseño, se ha preparado a conciencia —y aún lo hace— acudiendo de manera constante a cursos de formación y desplazándose en busca de materiales de un oficio que llevaba desaparecido desde hacía medio siglo en Barakaldo. No tiene, por lo tanto, competencia local y en toda España son tres decenas los negocios asociados.
El producto para mujer y la venta en tienda son el grueso del negocio, pero las posibilidades se van ampliando. Como proyecta hacer Eba Cruz, Ane de Cocó ya ha puesto en marcha la comercialización de sombreros a través de terceros establecimientos en otras ciudades y provincias.
Cruz acaba de poner en marcha su página web, que le abrirá el mercado. La internacionalización de la sobrerería ha sido posible, precisamente, gracias a internet, especialmente en convenio con un portal estadounidense que comercializa sus productos en todo el mundo. Aunque ya está en las redes sociales, también Ainhoa Ayala espera tener operativa su web antes de la primavera. En este caso, sin embargo, contempla la página más como escaparate que como punto de venta. Aunque la ubicación en Barakaldo no sea la mejor para sus talleres, internet permite salvar esa barrera.
Diversificar. Las diseñadoras no trabajan en ningún caso solo una única línea. Huevos en varias cestas permiten tener mayores garantías de ingresos, especialmente de cara a malas o bajas temporadas. Eba Cruz suma así, a su colección de mujer, el producto del reciclaje de cinturones de seguridad de vehículos, que ella convierte en complementos. Además, se ha abierto a la moda masculina y ya ofrece camisas y pajaritas.
Ainhoa Ayala y Ane de Cocó también abren sus posibilidades. Si hasta ahora su trabajo se ha centrado en los encargos, los dos talleres esperan poder presentar en pocos meses sus primeras colecciones. La sombrerería no piensa sólo en el comprador particular. Sus piezas empiezan a llegar a lugares como el Museo del Traje o a series extranjeras de televisión.
Núñez planifica para su futuro negocio un servicio que va más allá del diseño y confección del traje de novia. Su formación como editora de moda o como planificadora de bodas se traducirán en una oferta que pretende “dar todo” a la clienta.
Aún tiene por definir su estrategia Marisa Polo. Su reconocida trayectoria en el diseño de moda infantil parece que quedará en segundo plano. A través de Facebook empieza a explorar, bajo la marca Mary Sapo y Sus Cosas, una suerte de bazar de diseño, con collares, camisetas y zapatilas pintadas a mano, tarjetas de felicitación o bisutería y joyas.
Colaboración. Los talleres de diseño de moda en marcha en Barakaldo sí muestran en todos los casos que se han adaptado a los tiempos difíciles y que es difícil sobrevivir en solitario. Quizá por ello la cooperación se ha convertido en una forma de trabajar.
Probablemente sea Eba Cruz la que muestra de una manera más notoria la colaboración entre negocios. El mismo local que acoge su tienda es un espacio que comparte con la boutique Frida. Además, los actos sociales y presentaciones que ha realizado —incluida la pasalera de moda— han salido adelante con la suma esfuerzos de distintos proyectos, desde un grupo musical a una cervecería artesana o una productora audiovisual.
Polo, en la construcción de lo que será su futuro taller, también experimenta con lo que se ha dado en llamar hibridación, impulsada desde Inguralde. Y lo mismo hacen desde Ainhoa Ayala y Ane de Cocó.
“Esto es una carrera de fondo”, afirma Eba Cruz. Las modistas saben que este traje necesita mucho esfuerzo y mucho tiempo.